Un país requiere del aprovechamiento de todos sus recursos disponibles para estimular la actividad económica y obtener ingresos. Además, es necesario mantener un sano y constante desarrollo económico. De manera general, la actividad económica derivada de la producción nacional y el intercambio de bienes y servicios dentro del mismo país o con el exterior se conforma de diversas actividades, entre ellas, las actividades primarias, secundarias y terciarias. Los tres tipos de actividades promueven de manera primordial la balanza comercial del país, por lo que es de suma importancia analizar los problemas que puedan presentarse en éstas.
El fenómeno de la globalización ha generado que el comercio internacional sea un factor determinante en la posición económica de un país frente al resto del mundo. La balanza comercial es un indicador que permite medir la diferencia entre los valores monetarios de las exportaciones y las importaciones dentro de un país durante un periodo específico. El balance puede ser positivo, cuando un país exporta más de lo que importa y se conoce como superávit; negativo, cuando hay más importaciones que exportaciones, es decir, un déficit; y equilibrado, cuando los niveles de exportación e importación son iguales. En otras palabras, este indicador refleja el estado de las finanzas de un país.
Los cambios en la balanza comercial son útiles para observar el estatus actual de las finanzas comerciales del país y del intercambio de divisas. Además, es relevante comparar estas cifras con las de gobiernos anteriores para analizar los efectos de las políticas comerciales implementadas en cada sexenio. Durante los primeros veintiséis meses el sexenio de Felipe Calderón (2006-2012), la balanza comercial promedio tuvo un déficit de $1,756.2 mdd, para el mismo periodo de Enrique Peña Nieto la balanza tuvo un déficit de 315.9 mdd y con Andrés Manuel López Obrador este indicador ha tenido un superávit de $1,448.8 mdd, aunque el intercambio comercial ha mostrado una reducción de casi 12 por ciento. Estas cifras apuntan a que la administración de López Obrador va en mejor camino, pero la realidad es que los niveles de exportación e importación son mucho menores que durante los sexenios anteriores, lo cual también es un reflejo del manejo de la economía y el comercio ante la crisis causada por el COVID-19.
Aunque la balanza comercial es un indicador importante para observar las tendencias del comercio internacional y monitorear las finanzas del país, es necesario observar otros indicadores para obtener un panorama más preciso sobre la economía del país. Un superávit comercial como el del actual gobierno debería reflejarse en un mejor nivel de vida de la sociedad mexicana, ya que, en la teoría, debe disminuir el desempleo, incrementar los ingresos y aumentar el capital del país. Sin embargo, la tasa de desempleo continúa en incremento y los ingresos en los hogares se han visto afectados severamente, en parte por la crisis que ha generado el COVID-19.
Una balanza comercial positiva no necesariamente es favorable para el país, ni indica una mejora con respecto a los gobiernos anteriores, pues esto puede reflejar un éxodo de capitales y una caída en la recepción de inversiones. Así, la balanza comercial representa un indicador relevante para la toma de decisiones del gobierno para el diseño e implementación de políticas públicas que incentiven la producción y la competitividad de ciertos sectores para lograr el crecimiento y el desarrollo económicos.