El Día Internacional de la Mujer del 8 de marzo fue declarado por las Naciones Unidas en 1975. Dos años más tarde se convirtió en el Día Internacional de la Mujer y la Paz Internacional. La historia sobre la conmemoración de este día tiene su origen en la revolución industrial, cuando el 8 de marzo de 1857 miles de trabajadoras textiles decidieron salir a las calles de Nueva York para protestar por las malas condiciones laborales y el trabajo infantil, siendo una de las primeras manifestaciones por la lucha y movilización de los derechos de las mujeres con mayor visibilidad. Años después, vinieron más protestas alrededor del mundo. Sin embargo, un suceso que marcó el movimiento de manera importante fue el 25 de marzo de 1911, cuando se incendió la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist de Nueva York y murieron 123 mujeres y 23 hombres, en su gran mayoría jóvenes e inmigrantes, quienes no pudieron escapar porque los responsables de la fábrica habían cerrado todas las puertas de escaleras y de las salidas; una práctica habitual en esa época para evitar robos.
El 8 de marzo se ha convertido en un hito para la causa. Las mujeres paran sus labores profesionales y de cuidado, exigiendo igualdad de oportunidades y un alto a la violencia que se ejerce sobre su vida y sus cuerpos. Con base en datos de la ONU, 2,700 millones de mujeres no pueden acceder a las mismas opciones laborales que los hombres; de las 500 personas en puestos de jefatura ejecutiva que lideran las empresas con mayores ingresos en el mundo, menos del 7% son mujeres; apenas el 25% de las parlamentarias y los parlamentarios de todo el mundo son mujeres, y menos del 10% de las jefas y los jefes de Estado y Gobierno son mujeres. Incluso, se estima que, manteniendo la tendencia actual, la brecha salarial desaparecerá hasta 2086.
La situación de las mujeres con el contexto de pandemia no ha sido nada alentadora. Primero, muchas de las industrias de la economía formal que se han visto más afectadas tienen una gran participación de mujeres en su fuerza de trabajo. Asimismo, el trabajo informal, doméstico o de cuidados no remunerados, que representa el 22.8% del PIB, deja a las mujeres desprotegidas en temas de bienestar social, tales como la falta de un seguro médico. En estos días, aquellas mujeres empleadas en el sector formal, y que son cuidadoras en su hogar, se debaten una o más de las siguientes tareas: su empleo (si aún lo conservan), el cuidado infantil, la educación en el hogar, el cuidado de personas mayores y el trabajo doméstico. Los hogares encabezados por una mujer son particularmente vulnerables.
Además, la crisis está teniendo impactos en la salud y la seguridad de las mujeres de manera diferenciada, ya que destaca la dificultad de acceder a servicios básicos de salud materna debido a que todos los servicios médicos esenciales están dirigidos a la atención de la pandemia. La disponibilidad de anticonceptivos se ha visto interrumpida. En México, el 70 % del personal médico que realizan labores sanitarias en la primera línea (en especial, tareas de enfermería) son mujeres, y su riesgo de infección es más elevado.
Debido al distanciamiento social y las restricciones de la libertad de circulación necesarias para prevenir el contagio de COVID-19, la violencia doméstica ha aumentado a nivel internacional. En México se ha registrado un aumento notable en asesinatos de mujeres, con base en los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), abril de 2020 fue el mes con el mayor número de asesinatos de mujeres desde 2015. Además, en comparación con marzo de 2020, los asesinatos de mujeres aumentaron en un 2%, mientras que los de los hombres se redujeron un 0.2%.
Los llamados de auxilio relacionados con la violencia contra las mujeres, según los reportes del SESNSP, abril de 2020 fue el mes con mayor número de reportes. Del total de reportes recibidas, 103,117 llamadas están relacionados con los siguientes tipos de violencia, el 57.2% fueron por violencia familiar, el 19.3% por violencia de pareja, el 22% por violencia contra la mujer y el 1.4% por violencia sexual.
En este mismo sentido, la Red Nacional de Refugios A.C, la cual está integrada por 69 espacios de prevención, atención y protección para mujeres, niños y niñas que viven violencia, atendió 7,975 llamadas y mensajes de auxilio a través de sus redes sociales y líneas telefónicas entre enero y mayo de 2020, 48% más respecto del mismo periodo de 2019.
El próximo 8 de marzo el movimiento de mujeres seguirá exigiendo que el gobierno, en todos los niveles, el Congreso Federal y los locales, así como los diferentes actores a nivel internacional, comiencen a implementar políticas públicas en materia de prevención y de combate a la violencia y desigualdad que viven las mujeres, enfocándose, principalmente, en las necesidades diferenciadas que viven las niñas y mujeres en la actual pandemia sanitaria.
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